Los estímulos que entrega el Ministerio de Desarrollo Social, a través de su Secretaría Regional Ministerial en Arica y Parinacota, están destinados a reconocer acciones permanentes e innovadoras en materia de acción social para la superación de la pobreza y de vulnerabilidad social preferentemente desarrolladas por fundaciones, corporaciones, organizaciones comunitarias territoriales y funcionales o personas naturales destacadas en su labor social.
Los premios se entregarán en tres categorías: Reconocimiento a la "Organización Social Destacada", Reconocimiento al "Aporte Social Destacado" (premio individual a ciudadano o ciudadana) y Reconocimiento “Al Medio de Comunicación”.
“Quienes vivimos en Arica, conocemos la labor que desarrolla el comedor de la Tía Petita y que su hija Verónica heredó. Un legado que ya está instalado en la región y que hoy tiene este reconocimiento a instituciones, organizaciones y personas que, como en este caso, de manera altruista, buscan ayudar especialmente a personas vulnerables y en situación de pobreza”, sostuvo la intendenta Gladys Acuña.
¿Cuáles son las bases y cómo se seleccionará a los premiados? El seremi de Desarrollo Social, Julio Verdejo, explicó que “como la Ley le entrega al Ministerio de Desarrollo Social la coordinación, supervisión y diseño de toda la política social del Gobierno, convocamos a que todos sus servicios relacionados puedan promover y postular a personas en instituciones sin fines de lucro a este tipo de reconocimiento”.
Verdejo agregó que “actualmente tenemos más de 500 organizaciones, con todas las personas que ahí trabajan, que desarrollan una tarea social muchas veces no remunerada, pero de alto valor para la región. A esas personas queremos identificarlas y reconocerlas como Gobierno, para darle un símbolo tan grande como es el de Petronila Vásquez”
En tanto, la hija de la Tía Petita, Verónica Silva, se mostró feliz porque los reconocimientos llevan el nombre de su madre. “Estoy muy emocionada porque el ejemplo que ella dio, que nos mostró a todos cómo servir a los demás, seguirá siendo recordado por siempre con la entrega de estos premios”, sentenció.
Sobre la Tía Petita
Petronila Vásquez falleció el 1 de febrero de 2012. No cualquier ciudadano ariqueño puede jactarse de haber tenido almorzando en el comedor de su casa a ex presidentes como Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos Escobar.
Tampoco cualquier persona es reconocida por haber seguido la senda del Padre Alberto Hurtado y ser comparada con Sor Teresa de Calcuta, pero Petronila Vásquez, más conocida como la "Tía Petita", sí pudo.
Se convirtió en un ejemplo de mujer que luchó por sacar adelante a los más pobres. Además contó con un don que pocas personas poseen, un estado de ánimo que le ayudó a estar siempre con una sonrisa a flor de piel.
Cuando estaba en su comedor o se le veía participando de algún acto público, nunca dejó de lado su delantal blanco y su gorrito del mismo color, incluso cuando se encontraba con algún Presidente de la República, lo que demostraba su humildad.
Pese a los constantes y severos problemas de salud, la Tïa Petita nunca dejó de servir a los demás, tal como contó su hija, Verónica Silva.
"Mi madre nunca se cuidó, siempre la obligaba a que descansara, pero ella no quería, era muy porfiada y se levantaba todos los días a las siete de la mañana a cocinar, siempre me decía que el comedor no podía cerrar", sostuvo.
La "Tía Petita" poseía una frase que la caracterizaba y hablaba de su labor solidaria.
"Primero que nada yo soy cristiana y si el Señor Jesús me puso en esto y me dio esta misión, tengo que responder; él me dio una casita, lo único que he tenido en mi vida, y entonces que sirva para algo".
Hace 40 años, la "Tía Petita" decidió colocar un comedor en su casa que llamó "Padre Alberto Hurtado", que se encuentra ubicado en el corazón de la población Sica Sica, frente a Renato Rocca en la intersección de Oscar Quina.
Primero eran 42 niños de la calle que comenzaron a almorzar todos los días, pero de repente la necesidad aumentó y al mes y medio de inaugurado ya eran 130 pequeños que concurrían a servirse un plato de comida, cuyas madres, en su mayoría, trabajaban en el empleo mínimo.
Con el tiempo, tuvo que abrir otro comedor, para personas de la Tercera Edad, quienes también andan solos en las calles o no tienen un hogar donde servirse un plato caliente de comida. Actualmente cuenta con 100 personas aproximadamente.
El comedor lleva el nombre del Padre Hurtado, porque ella conoció al santo de los pobres en un congreso eucarístico de San Fernando, a donde ella concurrió.
De esa semana recuerda que el Padre Hurtado los sacaba a todos muy temprano para hacer misa y luego a jugar a la pelota, arremangándose la sotana.
"Medía como un metro setenta, era delgado y bien ágil. Salía a todo tranco, y nosotras trotando detrás. Arreglamos el altar, las lecturas, los floreros, y dos señoras que andaban con nosotros, tocaban la armónica. Él hacía la misa. El Padre Alberto Hurtado marcó mi vida; por eso tengo ese carisma de compartir con el prójimo".
Los recuerdos de la "Tía Petita", provienen de 1941, cuando a sus doce años, como generala de las Cruzadas Eucarísticas, conoció en San Fernando, al sacerdote y su acción social por los pobres.
La Tía Petita dejó 7 hijos y 14 nietos, vivía con Verónica, quien la ayudó todos los días a recolectar comida para preparar almuerzo y que hoy continúa con su obra y legado.
"Estoy orgullosa de la labor que realizó mi madre, ella siempre nos cuidó. Recuerdo con mucha emoción cuando me regaló mi primer juguete, era una muñeca", sentenció.