Redes de pesca rotas por la gran cantidad de material sólido arrastrado por las aguas de los ríos; turbiedad que impide recolectar los productos del fondo marino; especies que migran en busca de zonas más limpias y tranquilas; son algunos de los problemas que sufren actualmente los pescadores artesanales y buzos mariscadores de Arica, producto de las bajadas de los ríos Chaca, San José y Lluta, como efecto de las lluvias estivales.
Así lo constató este sábado 16 de febrero la intendenta de Arica y Parinacota, María Loreto Letelier, luego de reunirse con los dirigentes de estos sindicatos en sus sedes, ubicadas en el terminal pesquero de la ciudad, donde llegó en compañía del seremi de Economía y gobernador subrogante de Arica, Cristián Sayes.
La intendenta Letelier solicitó a ambos sindicatos elaborar un catastro de daños, con los nombres de los principales afectados, con el fin de focalizar y agilizar la ayuda a estos sectores.
“Los dos sindicatos suman cerca de 150 socios, pero sabemos que siempre, en toda emergencia, hay personas más vulnerables que otras, porque son más pequeñas y llevan adelante su faena productiva con recursos más limitados, por ello, le hemos pedido a sus dirigentes que nos entreguen la lista de los trabajadores del mar que más requieren apoyo en este momento, de manera de llegar con ayuda lo más pronto posible, porque el Presidente Piñera nos ha pedido actuar con sentido de urgencia”, precisó la intendenta María Loreto Letelier.
Por su parte, el seremi Cristián Sayes, indicó que principalmente se buscará entregar apoyo de emergencia a estos sectores a través de instrumentos de Sernapesca, como el Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal (FFPA) y el Fondo de Administración Pesquero (FAP).
Los sindicatos relataron a la intendenta que el problema más frecuente ha sido la ruptura de sus paños o redes de pesca, que se enredan en la gran cantidad de material sólido, como palos y piedras, arrastrado por los ríos a lo largo del borde costero, desde Arica hasta caleta Vítor.
Además, la turbiedad del agua ha espantado de las costas ariqueñas a especies como el sargo, la corvina, la lisa, el pejerrey e impedido que los buzos puedan recolectar choros, almejas, lapas y piures, entre otros productos del fondo marino.
Mientras los pescadores artesanales más pequeños abarcan un área comprendida entre la desembocadura río Lluta y playa La Lisera, los más grandes del rubro cuentan con autonomía para movilizarse hasta las costas de Pisagua, en la Región de Tarapacá.